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Embajada de España
ante la Santa Sede

PALAZZO DI SPAGNA
Piazza di Spagna, 57
00187 Roma

emb.santasede@maec.es

Embajada de España
ante la Santa Sede

PALAZZO DI SPAGNA
Piazza di Spagna, 57
00187 Roma

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ARQUITECTURA
ARQUITECTURA

Arquitectura

El Palacio de España ocupa una gran parte de una de las parcelas que surgieron con la cesión enfiteútica a mediados del siglo XVI de algunos de los terrenos que ocupaba el Monasterio de San Silvestro in Capite.

El edificio, alquilado en 1622 y posteriormente comprado por el Conde de Oñate en 1647, era básicamente el mismo que construyó el arquitecto Carlo Lombardi entre 1592 y 1600, tal y como se puede ver en el plano de Roma de G. Maggi de 1625.

La compra del Palacio por parte del Conde de Oñate, así como las aspiraciones cardenalicias del mismo, conllevaron una remodelación completa del edificio, remodelación que se encargó al ilustre arquitecto Francesco Borromini.

La fachada del edificio es particularmente sobria. En la misma resalta el portal a tres arcadas de almohadillado rústico, desplazado hacia uno de los lados, y tres niveles de ventanas. Esta fachada se mantendrá inalterada hasta 1812 cuando Adrien Pâris la modificó según el gusto francés, dándola falsa simetría y eliminando un nivel de ventanas. En 1950 se añadieron los actuales tres balcones.

Se deben al maestro Borromini el androne de entrada, el diseño de la escalera monumental, la bóveda baja del entonces salón principal, el patio central y el alargamiento de las dos alas del edificio con el fin de construir un cuarto brazo transversal. La escalera fue reconstruida en 1899, pero mantiene su articulación y diseño original.

Las obras proyectadas por Borromini se prolongaron durante dos años, interrumpiéndose bruscamente al ser nombrado el Conde de Oñate virrey de Nápoles. Tras la compra del Palacio por el Estado español en 1654 continúan los trabajos de reforma bajo la dirección del arquitecto Antonio del Grande, quien procede a completar el Palacio.

El S. XVIII será un momento de gran esplendor del Palacio de España. Este periodo dorado coincide en buena parte con la serie de los dos embajadores cardenales, Francesco y Troiano Acquaviva y en la segunda mitad del siglo con las embajadas del Duque de Grimaldi y del célebre José Nicolás de Azara.

El cardenal Francesco Acquaviva hizo afrescar el piano nobile (frescos hoy perdidos) y construir la capilla sobre la base del proyecto del arquitecto Domenico Paradisi. La pala de altar, que representa a la Inmaculada Concepción, es de Pietro Bianchi.

El cardenal Troiano Acquaviva transformó el Palacio en un cenáculo literario y mundano, punto de referencia de intelectuales, artistas y viajeros. Decoró el salón de audiencias con una gran obra de Marco Benefial (hoy por desgracia perdida) e hizo construir en el salón contiguo un teatro de madera.

Antonio Giorgetti, Il carro di Apollo nell'apparato per la nascita dell'Infante do Spagna, 1662. Incisione di D. Barrière (Roma MR) 

Estas obras en el interior se completaban con la celebración e instalación de los famosos efímeros barrocos en el exterior.

En el S. XIX, bajo el impulso del Embajador Antonio de Vargas y Laguna, se continua la decoración del edificio. Destacar la remodelación de una parte importante del segundo piso, donde bajo la dirección del arquitecto Giulio Camporesi, Felice Giani y su taller decoraron al tempera diez grandes habitaciones en estilo neoclásico, obra de las más elegantes del artista en Roma.

Este trabajo de adaptación de la decoración del Palacio a los nuevos tiempos continuó con el Embajador Pedro Gómez de Labrador, cuando en 1828 se redecoraron, también en estilo neoclásico, el salón de música y otros salones secundarios, obras atribuidas a Luigi Cini.