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Embajada de España
ante la Santa Sede

PALAZZO DI SPAGNA
Piazza di Spagna, 57
00187 Roma

emb.santasede@maec.es

Embajada de España
ante la Santa Sede

PALAZZO DI SPAGNA
Piazza di Spagna, 57
00187 Roma

emb.santasede@maec.es

LA EMBAJADA MÁS ANTIGUA DEL MUNDO

La Embajada de España ante la Santa Sede es considerada la embajada permanente más antigua del mundo. Alquilado en 1622 y comprado en 1647 el Palacio de España es el edificio más emblemático del servicio exterior español.

La decisión española de alquilar y posteriormente comprar una sede permanente, en la que la Embajada sigue después de más de 400 años, fue una decisión política pionera de gran trascendencia. Desde un primer momento la Embajada de España ante los Estados Pontificios y el Palacio que la albergaba sirvieron en muchos aspectos de modelo de lo que sería el estilo de la presencia diplomática europea en la Roma papal de los siglos XVI, XVII y XVIII, dando así nombre además a una de las plazas más emblemáticas de Roma y del mundo.

Historia

La Embajada de España ante la Santa Sede es considerada como la Misión Diplomática permanente más antigua del mundo, una vez desaparecidas las Embajadas de la República de Venecia. Fue creada hacia 1475 por los Reyes Católicos y residió en distintos edificios dentro del núcleo urbano de Roma hasta que en 1622 se trasladó al Palacio Monaldeschi y desde entonces se ha mantenido en él sin solución de continuidad. Más de 400 años de ocupación continuada que se conmemoraron en el 2022 y que hacen de esta Embajada la sede permanente más antigua del mundo.

Arquitectura

El Palacio de España ocupa una gran parte de una de las parcelas que surgieron con la cesión enfiteútica a mediados del siglo XVI de algunos de los terrenos que ocupaba el Monasterio de San Silvestro in Capite.

El edificio, alquilado en 1622 y posteriormente comprado por el Conde de Oñate en 1647, era básicamente el mismo que construyó el arquitecto Carlo Lombardi entre 1592 y 1600, tal y como se puede ver en el plano de Roma de G. Maggi de 1625.

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Tesoros

El Palacio alberga hoy una importante colección de mobiliario y de obras de arte. El mobiliario es en su mayoría proveniente de los siglos XVIII y XIX, destacando sus consolas de mármoles antiguos y sus lámparas de araña.

Los cuadros que hoy cuelgan de las paredes del Palacio de España son testimonio de la estrecha vinculación existente entre la Embajada ante la Santa Sede y los monarcas españoles. Empezando por el retrato de Carlos III de Rafael Mengs, pasando por los retratos anónimos de Carlos IV y su mujer Maria Luisa de Parma, el emblemático retrato de Fernando VII por Vicente López, el gran retrato de la Reina Isabel II por Federico de Madrazo y los dos retratos de Alfonso XIII, uno de niño de Vicente Palmaroli y otro vestido como Gran Maestre de las órdenes de Santiago, Montesa, Alcántara y Calatrava de Julio Moises.

LA EMBAJADA Y LOS EMBAJADORES

La historia de la Embajada ante la Santa Sede y la del Palacio de España   se ilustra con la labor de los diferentes embajadores que se han sucedido en estos cuatro siglos. Ya en 1480 se instaló en Roma el primero de ellos, Gonzalo de Beteta, enviado de los Reyes Católicos. Lo hizo en la Piazza Navona, corazón del entonces “barrio español” en la ciudad eterna.

Fue Roma en esos siglos de le edad moderna – XVI, XVII y XVIII - el centro de la actividad diplomática europea y por ello el lugar en que frecuentemente se ventilaban los intereses de las grandes potencias europeas. Era por ello importante poder contar con un Papa comprensivo de los propios intereses nacionales pues a menudo el Pontífice era capaz de hacer bascular la balanza de uno u otro lado, ya fuese del lado español, o del francés o también, más tarde, del austriaco.